Tipos de sustratos para hidroponía elije el tuyo!!

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Tipos de sustratos para hidroponía


Objetivo

Mostrar de manera fácil y sencilla, los tipos de sustratos utilizados en la hidroponia. Los sustratos mas adecuados y sus beneficios asi como otros sustratos que no son aptos para el cultivo hidroponico.

En nuestro país existen una serie de sustratos que pueden ser empleados para el desarrollo de cultivos hidropónicos, estos se utilizan solos o en mezclas, en busca de obtener las mejores condiciones para el desarrollo de las plantas y asimilación de solución nutritiva.
En términos generales los sustratos se pueden clasificar en tres grupos:



Sustratos Inorgánicos.
En este grupo se incluyen los sustratos que tengan partículas mayores a 2 mm de diámetro. Enseguida te mencionaremos aquellos que puedes utilizar, así como una breve descripción.

Piedra pómez
Es un material disponible en nuestro país, su origen es volcánico. Posee una retención de agua de un 38%, posee una buena estabilidad física y durabilidad, desde el punto de vista biológico es completamente libre de microorganismos.



Grava.
La grava son pequeñas partículas que se obtienen de materiales procedentes de depósitos naturales o canteras que son triturados, las que miden alrededor de 1 a 2 mm de diámetro son las que se utilizan en la hidroponia. La grava proporciona una excelente aireación; sin embargo la retención de humedad es muy escasa de un 17% aproximadamente.



Roca volcánica o tezontle.

Es un material rojizo, de origen volcánico, es ligero y con una apariencia esponjosa. En nuestro país se utiliza con gran éxito, sin embargo posee partículas muy pequeñas las cuales tienen que ser eliminadas mediante lavados para evitar que se encharque nuestro cultivo. La capacidad de retención de agua es de un 49%. El tamaño recomendado debe encontrarse entre 5 y 15 mm.



Arena de río

Este material heterogéneo cuenta con una capacidad de retención de agua del 56% y para que sea utilizado en hidroponia se recomienda adquirir arena de 0.5 - 2 mm.



Perlita.

La perlita es básicamente un silicato de aluminio de origen volcánico, de color blanco a grisáceo, tiene una baja densidad con buenas propiedades; en cuanto a retención de humedad tiene un 63%. Algunas de las grandes ventajas como sustrato es la capacidad que presenta para mantener la humedad constante a lo largo de la zona radicular, así mismo tiene una excelente capacidad de aireación gracias a su porosidad.



Vermiculita.

La vermiculita es un silicato de aluminio con una estructura laminar, tiene una capacidad de expansión de hasta 12 veces su volumen.



Se utiliza y es recomendable para lugares de clima cálido debido a que tiene una capacidad de retención de humedad del 68%.

Arcillas expandidas.

Las arcillas expandidas son de gran utilidad para el cultivo de orquídeas, una de las principales características es que presenta un pH neutro, tiene una buena capacidad de drenaje libre y proporciona una buena aireación.



Lana de roca.

La lana roca se obtiene de pequeñas fibras hechas de roca, tiene la capacidad de retener humedad de hasta un 78% y muy ligero permitiendo que la raíz tenga un buen desarrollo.





Sustratos Orgánicos

Estos grupos regularmente son productos de desecho de alguna actividad agropecuaria o industrial, así como de productos importados de otros países, en seguida te mencionaremos algunos de importancia para la hidroponia.


Aserrín

El aserrín abunda y es muy barato, sobre todo aserrín de pino. Dado el desconocimiento de que se tiene de la procedencia no es muy utilizado. Sin embargo este sustrato tiene una retención de humedad de un 54% lo que es ideal para climas templados y secos.



Recuerda que no todos los aserrines ofrecen buenas condiciones para el cultivo hidropónico, solo si éste fue sometido a un proceso de eliminación de las sustancias tóxicas, un ejemplo de sustancias tóxicas son los taninos que se encuentran presentes en algunas maderas.

Fibra de coco.

La Fibra de coco se encuentra dentro de los residuos agroindustriales de origen tropical, se genera después de que el fruto del cocotero ha sido procesado con fin de obtener las fibras más larga. Esta fibra de coco es empleada en hidroponia la cual tiene una alta relación de carbono/nitrógeno, esto permite que se mantenga químicamente estable. La retención de humedad que tiene es muy buena con un 57%.



Cascarilla de arroz.

La cascarilla de arroz se utiliza fundamentalmente con grava, ya que este es muy liviano y su capacidad de retención de humedad es baja, con un 40%, ya mezclado.



La principal función de esta mezcla es favorecer la oxigenación del sustrato. Si utilizas cáscara de arroz es recomendable hacer un proceso de desinfección química o anaerobia, con el fin de eliminar partículas pequeñas, así como hongos, larvas de insectos u otro microorganismo que pueda ocasionarnos una contaminación a nuestro cultivo hidroponico.

Cascarilla de café.

Es un sustrato de baja capacidad de retención de humedad, es bueno para oxigenar sustratos; pero es de muy corta vida, pues se descompone en pocos días.



Peat moss.

El peat moss es un material importado a nuestro país procedente por lo general de Canadá, posee características similares a las de fibra de coco, no requiere de ningún proceso, es muy utilizado para la germinación y desarrollo por sus características con una excelente retención de humedad (70%).






Sustratos Sintéticos

Geles.

Se han producido, probado y promovido un determinado número de polímeros de geles, pero la mayoría ha desparecido del mercado ya que muchos productores no lo aceptaron. En las investigaciones del programa Vinculación, Investigación y Validación Tecnológica de la Facultad de Ciencias Químicas se probó este elemento agregando arena, bajo las condiciones de la experiencia, el inconveniente fue el precio, aunque solo se utiliza dos cucharadas cafeteras del gel.



Espuma sintética.

A) Espuma de polietileno. Se utiliza como material de relleno, para oxigenar y disminuir el peso de los sustratos.



B) Espuma de poliestireno. Se utiliza como material para mezclarlo con otro sustrato y para confeccionar semilleros.



C)Espuma de poliuretano. Se emplea en la confección de semilleros y es mezclado con otros sustratos livianos.



D) Espuma fenolica. Se emplea en la elaboración de semilleros y en trozos mezclado con otros sustratos.

El Foamy Agrícola es una espuma fenolica, utilizada en la hidroponia, actuando como medio físico para dar soporte a la planta, logra un balance ideal de agua y aire y al ser de lenta descomposición no necesita reponerse en el cultivo por mas de seis años.



Para seleccionar el sustrato que vamos a utilizar en nuestro cultivo hidropónico, tenemos que tomar en cuenta 3 principales variables.

-Precio
-Disponibilidad
-Retención de humedad


Tan solo recuerda que cualquier sustrato de origen orgánico (Ej. el aserrín, peat moss, fibra de coco, la cáscara de arroz, etc.) para poder usarse en hidroponia debe de haber sido tamizado, lavado y esterilizado previamente, si no, éste podría provocar problemas en tu cultivo. Es por lo anterior que se recomienda adquirir sustratos de origen orgánico empacados y comercializados exclusivamente para uso agrícola.



Sustratos NO APTOS para usarse en la hidroponía

Arena de construcción.



Arena de mar.

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Seguridad en tu cultivo. La instalación Eléctrica: Pasos a seguir

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                                               La instalación Eléctrica: Pasos a seguir


Vamos a ver unos aspectos básicos de la instalación eléctrica. Todos hemos escuchado historias sobre el incendio de un cultivo. Yo he visto imágenes escalofriantes de balastros, cables, enchufes y temporizadores por el suelo y, para colmo, al lado de un equipo hidropónico.
También me contaron de un cultivador que ponía alegremente 6 lámparas de 600 vatios ¡en el mismo enchufe! No solo es una imprudencia, sino que significa realmente exponerse a peligros potencialmente mortales, así que esto no es broma.
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Cuadro_2: Primer plano del relé SSR y su enchufe.

PRIMEROS PASOS
Para empezar bien, los balastros no pintan absolutamente nada en el suelo, donde mejor están es atornillados a la pared o en su defecto sobre una estantería, bien fijados para que no se puedan mover de su sito. Ya que la mayoría se calienta considerablemente, lo mejor es ponerles una base que disipe el calor, como por ejemplo un ladrillo.
Si solo conectamos un foco, la cosa se presenta sencilla, Pero si planeamos una instalación más grande con dos o más lámparas habrá que pensar las cosas en detalle, aparte de consultar con el abogado penalista. Primero examinamos la instalación eléctrica de la casa. El circuito de enchufes suele aguantar unos 16 amperios lo cual multiplicado por 230 voltios nos da una capacidad de 3.680 vatios. Pero ojo, primero habrá que restar a esa cifra un margen de seguridad del 25%, o sea 3.680 menos 920 igual a 2.760 vatios con cierta garantía de seguridad. Luego habrá que ver qué otros consumidores están conectados a esta línea, y restar también su consumo.
Si tenemos más de un enchufe en el cultivo intentaremos repartir la carga eléctrica entre ellos. Así lámpara 1 va al enchufe 1, lámpara 2 al enchufe 2, y el resto de consumidores como extractores y ventiladores también lo repartimos, aunque no sea tanta carga como los focos.
Una buena alternativa para instalaciones grandes puede ser derivar de la línea del horno de una casa la alimentación para el cultivo. Esta línea eléctrica suele ser la que más aguanta dentro de una vivienda normal. Insisto en que esta clase de cosas tiene que hacerlas un profesional, puede ser muy peligroso para el no entendido.
También tiene su importancia el diámetro del cable, para todo lo relacionado con focos de 400, 600 o 1.000 Vatios utilizamos cable reglamentario de tres hilos de 2,5 milímetros d grosor cada uno, y con su funda protectora alrededor de los tres hilos. El hilo azul es para la fase, el marrón para el neutro y el amarillo/verde para la toma tierra.

MÁS SEGURIDAD
Otra medida de seguridad puede ser el arranque secuencial si tenemos varios focos. Lámpara 1 se enciende a las 8:00h, la lámpara 2, a las 8:04 y lámpara 3 a las 8:08 horas. Así evitamos un golpe fuerte de la corriente, pero obviamente necesitamos un temporizador para cada lámpara.
Para empezar fijamos una regleta de enchufes a la pared, y por la misma pared también llevamos los cables, de manera que todo quede bien fijado y nada cuelgue libremente en el espacio. Uno fácilmente se puede enganchar con un cable y romper algo bastante peligroso. Pues ya podemos enchufar los temporizadores y focos.
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Eti-ladrillo: Un balastro ETI puesto sobre un ladrillo paradisipar el calor.

Pero alto, los temporizadores son también un tema delicado. Si bien todos, tanto los baratos del disco como los digitales, dicen que pueden aguantar hasta 3600 vatios, la verdad es bien distinta. Las lámparas de sodio producen una corriente muy alta al arrancar,que con el tiempo estropea el temporizador. Un temporizador de estos puede aguantar una bombilla de 600 vatios, pero yo no le pondría más, así que para cada foco un temporizador. Esto vale para los balastros tradicionales, magnéticos. Los digitales modernos tienen una curva de arranque más suave que va creciendo paulatinamente hasta alcanzar su potencia máxima. De esta manera sí que podemos utilizar un temporizador normalito.
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Balastros-Pared: Dos balastros electrónicos fijados a la pared, observad los cables fijados con bridas.

Una solución mucho más seguro y profesional sería conectar el balastro a través de un relé de estado sólido, SSR, Solid State Relay en inglés. Estos relés se caracterizan por aguantar muy bien la alta corriente, además de no tener ninguna parte móvil. La mayoría tienen un aspecto bastante antiguo, pero son muy eficaces.
Los dos conectores de arriba interrumpen la fase, mientras con los dos contactos de abajo dirigimos el relé con una tensión entre 3 y 32 voltios DC, o de corriente continua. Uno de 10 amperios aguanta bien a dos focos de 600 vatios.


INSTALACIÓN, SOLO PARA ENTENDIDOS
Cogemos un cable con clavija y conectamos los tres cables (azul, marrón y amarillo/verde) a una regleta de cables. Ahora lo enchufamos y comprobamos con un tester de fase cuál de los tres cables es la fase. Tiene que ser el azul, si no lo es cambiamos la dirección del enchufe en la clavija. De la regleta llevamos el azul comprobado a uno de los dos conectores de arriba, donde pone "output". El otro del output va directamente a uno de los dos polos de un enchufe, que instalamos al lado del relé. De la regleta conectamos el marrón al segundo polo del enchufe y el amarillo la toma tierra, a su sitio correspondiente. Ahora hay que temporizar el invento, para eso ahora sí nos sirve cualquier temporizador barato. Lo enchufamos, con un cargador de teléfono móvil o cualquiera que tenga entre 3 y 30 voltios. Desenchufado el cargador, del cable cortamos la clavija, pelamos el cable y comprobamos cuál es el positivo con el multi-metro. Este positivo lo conectamos al "input" positivo +, del relé SSR, y el cable negativo, -, al negativo del relé.
Ya está lista la instalación. Ahora sí podemos utilizar el temporizador barato tranquilamente, ya que solo soporta la carga del cargador, que es mínima comparada con la de la lámpara de sodio, cuya carga ahora soporta el relé.
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Cuadro_1: Dos relés SSR con sus correspondientes enchufes, a la derecha un magneto-térmico, a la izquierda la fuente de alimentación y un controlador programable que hace de temporizador.
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Como hacer esquejes de canabis!

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Hacer una planta madre es algo realmente sencillo, nos ayudará a mantener esa genética que tanto nos gusta o algún fenotipo específico que no queremos perder. La producción de esquejes de marihuana variará en función de los cuidados que a dicha planta destinemos, siendo relativamente sencillo obtener decenas de esquejes en cada tanda si realizamos podas selectivas durante su crecimiento, buscando ramificar la planta al máximo y aumentando con ello el número de ramas disponibles para tal fin.
planta madre moldeada

El punto más importante a la hora de realizar una planta madre es controlar el periodo lumínico, manteniéndolo siempre a dieciocho horas de luz y seis de oscuridad o directamente a veinticuatro horas continuas de luz, evitando así que la planta entre en floración.
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Dependiendo de las dimensiones de la planta madre usaremos más o menos lúmenes. Por poner un ejemplo: una planta madre en un contenedor de tres litros puede mantenerse perfectamente bajo una bombilla de bajo consumo de diez o quince watios. En el momento que queramos aumentar el ritmo de crecimiento bastará con aumentar el número de watios aportando así más lúmenes a la planta que estimularán su crecimiento. esquejes de marihuana

El número de esquejes que obtendremos de cada planta madre variará dependiendo del tamaño de la misma y de las podas selectivas que le hayamos realizado. De forma que si queremos una planta que nos aporte muchos esquejes por tanda, procuraremos mantenerla en un contenedor medio de cinco o siete litros, con una iluminación buena y realizando podas clave para que sea lo más ramificada posible.
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Obteniendo así un gran número de esquejes. Si por el contrario sólo queremos mantener la genética por si algún día queremos sacarle un par de esquejes, bastará con un pequeño contenedor y una mínima iluminación, sin necesidad de realizar ninguna poda especial, incluso podemos realizar madres bonsai para que ocupen el mínimo espacio posible.

Si cada vez que cortamos una rama para usarla como esqueje dejamos por debajo del corte un nudo, de éste saldrán dos nuevas ramas. Si tras cortar estas nuevas ramas les dejamos otro nudo por debajo del corte obtendremos cuatro nuevas ramas asegurándonos así una producción continua de nuevas ramas y aumentando constantemente el número de éstas. Es por ello que realizar unas buenas podas mientras formamos nuestra planta madre nos garantizará un buen número de esquejes.

En función del tamaño final que queramos para nuestra planta madre usaremos un contenedor de más o menos capacidad, siendo lo habitual en plantas madre de indoor de tamaño mediano unos tres o cinco litros. Cuando la planta madre ha colonizado por completo el contenedor, es conveniente realizar una poda de raíces para evitar que entre en floración.
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En contenedores medios suele darse cada tres o cuatro meses y bastará con segar la parte inferior del cepellón y un poco las raíces laterales del mismo, con cuidado de no cortar la base de la planta. Aprovechando la poda podremos sustituir gran parte del sustrato por uno nuevo rico en nitrógeno, aportándole así buenos nutrientes y eliminando el viejo sustrato saturado en sales.

La poda de raíces es obligatoria si queremos mantener bien nuestras plantas madre, ya que cuando las plantas colonizan todo el contenedor y se quedan sin espacio para desarrollar nuevas raíces tienden a entrar en floración independientemente del ciclo lumínico que tengan.
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El abonado de las plantas madre irá en proporción del consumo de nutrientes de la mismas, ya que si tenemos unas plantas madre bajo una buena iluminación y aportando constantemente un número elevado de esquejes, éstas demandarán más nutrientes que cualquier otra planta madre que simplemente mantengamos bajo escasa iluminación y poco crecimiento. Usaremos siempre un abono de crecimiento rico en Nitrógeno, aunque lo mejor es abonarlas sólo cuando comencemos a notar alguna carencia, evitando así fertilizaciones excesivas e innecesarias.

Otro punto a tener en cuenta para mantener unas plantas madre en óptimas condiciones, es mantener unos parámetros de temperatura y humedad estables, siendo las condiciones óptimas para interior una temperatura media de veinticuatro grados y una humedad relativa constante entre el sesenta y el setenta por ciento. Con los puntos citados hasta el momento y aplicando de vez en cuando algún preventivo natural para evitar plagas de insectos u hongos, tendremos unas plantas madre sanas y eficientes.

A modo de ejemplo podéis apreciar en la imagen número #1 cómo se desarrolla una poda para obtener una planta madre de tamaño más bien pequeño que nos aportará una media de dieciséis o veinte esquejes por tanda. Si partimos desde semilla dejaremos que la planta crezca hasta tener unos cuatro nudos, realizando entonces una poda apical (cortando la punta de la planta), estimulando así el crecimiento de las ramas laterales.
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Si partimos de esqueje bastará con dejar un par de nudos antes de realizar la poda apical. La diferencia entre partir de semilla o esqueje es sólo el número de nudos a dejar, ya que partiendo desde semilla podaremos por completo los dos primeros nudos usando los dos siguientes para moldear nuestra planta madre.

Una vez que se han desarrollado las ramas, tal como vemos en la imagen #1, teniendo unos tres o cuatro nudos por rama, doblaremos éstas y les aplicaremos también una poda apical para estimular las ramas de los nudos y obtener así una madre bien ramificada. Haremos lo mismo con las ramas del nudo inferior cuando se hayan desarrollado bien, ya que éstas suelen ir un poco más lentas.
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Al doblar las ramas facilitaremos la absorción de lúmenes de los pequeños brotes de los nudos más pegados al tallo, obteniendo así un crecimiento homogéneo de todas las ramas. En este ejemplo hemos usado unos clips a modo de ganchos y un poco de hilo para mantener las ramas tumbadas. Pasado un tiempo, cuando cojan consistencia y se queden tumbadas podremos eliminar estas sujeciones.

Tal y como hemos comentando anteriormente, cuando crezcan estas nuevas ramas y las cortemos para obtener esquejes, dejaremos siempre como mínimo un nudo por debajo de cada corte, asegurándonos así dos nuevos brotes por corte. Como en todo, existen muchísimas formas de realizar las podas que determinarán la producción de esquejes de nuestras plantas madre, al igual que muchísimas técnicas del moldeado y mantenimiento. Ésta que hemos mencionado es de las más sencillas y eficientes. En la red existen multitud de buenos tutoriales sobre cómo realizar moldeados o madres bonsais que apenas ocuparán espacio. Os invitamos a leerlos.


Una vez que hemos visto cómo crear nuestras plantas madre, nada mejor que ver también cómo sacarles provecho obteniendo de ellas los esquejes que entrarán en nuestro próximo cultivo. Con esto buscamos cultivar una variedad ya conocida sin necesidad de partir de semillas, ahorrando así unos cuantos euros y tiempo, ya que el periodo de crecimiento se reduce considerablemente con respecto al cultivo desde semilla. También nos aseguramos unos fenotipos sumamente homogéneos, ya que los esquejes son idénticos en comportamiento y producción a las plantas madre en un 99,9%.

Para obtener unos esquejes sanos e hidratados, debemos regar la planta que vamos a esquejar con un mínimo de cuatro o cinco horas de antelación, siendo conveniente haberla regado con generosidad el día anterior. De esta forma las ramas que vamos a usar estarán bien hidratadas y soportarán mejor el shock que les supone comenzar a desarrollar nuevas raíces. Existen multitud de opiniones sobre cuándo realizar los esquejes, si tras el periodo de oscuridad o al final del periodo lumínico. Todas son buenas aunque personalmente prefiero regirme por el calendario biodinámico que explicaré más adelante.

Para realizar esquejes necesitaremos tener un espacio de trabajo limpio y desinfectado, para evitar bacterias que puedan perjudicar a nuestros nuevos esquejes. Necesitaremos un cutter o bisturí (podemos comprar un bisturí en cualquier farmacia a muy bajo precio), hormonas de enraizamiento, un pincel, un vaso de agua con el ph corregido y nuestra planta madre, a la cual cortaremos las ramas para obtener esquejes, además del sustrato o medio donde vayamos a implantar los nuevos esquejes y un invernadero.
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semillero marihuana
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Sobre el sustrato o medio donde enraizar los nuevos esquejes existen multitud de opciones, desde usar los clásicos jiffis o semilleros a tacos de lana de roca o arlita, siendo incluso innecesarios si nos decantamos por usar aero-clonarodes o hidro-clonadores. Dependiendo del medio necesitaremos usar también unos valores de ph y estimuladores diferentes. Y aunque todos son realmente interesantes y prácticos, en este articulo nos centraremos en algo tan sencillo y habitual como los clásicos semilleros de plástico que podemos encontrar en cualquier grow shop, vivero o floristería, tal como podéis ver en la imagen #2.

preparacion semillero marihuana

Rellenaremos el semillero con un sustrato flojo en nutrientes (light) y lo regaremos con agua con el ph entre seis y seis con cuatro. No hace falta encharcarlo, con que quede bien húmedo es suficiente. Tampoco es necesario añadir ningún estimulador de raíces. Una vez regado realizaremos agujeros con la ayuda de la punta superior del pincel facilitando así la inserción de los esquejes que vamos a implantar, tal y como se observa en la imagen #3.
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preparacion esqueje
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Una vez preparado el medio donde insertar los esquejes, procederemos a cortar las ramas de nuestra planta madre depositándolas en un vaso con agua para evitar que el tallo quede expuesto al aire. También podemos ir cortando las ramas sobre la marcha si no queremos usar el vaso o simplemente son pocos los esquejes que queremos realizar.
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Debemos tener presente que las ramas que usemos para realizar esquejes deben tener un mínimo de tres o cuatro nudos, ya que como mínimo debemos enterrar un nudo siendo recomendable dos, a la par de dejar uno o dos por encima del sustrato también. Lo normal en plantas con distancias internodales medias es cortar ramas de seis a quince centímetros para realizar los esquejes.
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corte clave esqueje     clonex esqueje
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Una vez hemos cortado la rama, con la ayuda del bisturí o cutter cortaremos la rama que sale del nudo que vamos a dejar enterrado (o los nudos) y la base del tallo en un ángulo de cuarenta y cinco grados, tal como se aprecia en las imágenes #4 y #5. Cortar la base con ese ángulo tiene el fin de aportar el máximo de superficie a la que aplicar hormonas de enraizamiento, que haremos con la ayuda del pincel tanto a la base como al nudo o nudos que vayamos a enterrar.
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Si los esquejes son gruesos podemos raspar un poco con el bisturí la parte del tallo que quedará enterrada aplicándole también hormonas, como vemos en la imagen #6. Esta técnica es de las más sencillas, aunque existen muchas otras igual o más eficientes, algunas como cortar longitudinalmente la base dejando ésta de forma bífida, ampliando así el campo donde aplicar hormonas de enraizamiento y producción de nuevas raíces.
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esqueje preparado
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Una vez aplicadas las hormonas de enraizamiento, que siempre aconsejo sean liquidas por su facilidad de uso, colocaremos la rama en el semillero aprovechando los agujeros que anteriormente habíamos realizado. Una vez insertada presionaremos levemente el sustrato de alrededor del tallo para que quede en completo contacto con la parte enterrada, tal y como vemos en la imagen #7. Si usamos jiffis en vez de semillero es recomendable rodear y apretar el jiffi con la ayuda de un poco de hilo para que éste quede en completo contacto con la parte de la rama que hemos enterrado en él.
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invernadero esquejes
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Cuando hayamos insertado todas las ramas que queramos enraizar en el semillero, colocaremos éste dentro de un invernado al cual pulverizaremos agua por el suelo y paredes, sin pulverizar directamente sobre hojas de los esquejes. Con esto nos aseguraremos una humedad relativa muy alta dentro del invernadero durante los primeros días, ya que las ramas al no tener aún raíces por donde hidratarse necesitarán hacerlo mediante las hojas. Véase imagen #8.

esquejes enraizados
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Siguiendo estos sencillos pasos deberíamos tener enraizados todos nuestros esquejes en unos quince días. Dejaremos el invernadero completamente cerrado durante los cinco primeros días, manteniendo así un nivel muy alto de humedad.
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Después abriremos poco a poco la trampilla de respiración del invernadero o tapa, durante los días restantes, haciendo que la humedad baje progresivamente pero sin cambios muy bruscos. Tras dos semanas y manteniendo unos parámetros de humedad correctos y una temperatura alrededor de los veinticuatro grados podremos observar las raíces de nuestros nuevos esquejes, como en la imagen #9, los cuales están listos para ser trasplantados.

Un error muy común a la hora de realizar esquejes es poner una iluminación excesiva sobre el invernadero. Para un invernadero medio de unos cincuenta centímetros bastará con una simple bombilla de bajo consumo de veinte watios o unos tubos fluorescentes.
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Cuando los esquejes tengan raíces podremos aumentar la iluminación sin problemas. Personalmente me gusta realizar esquejes con ciclos de veinticuatro horas continuas, pero como en todo, para gustos, colores. La temperatura es muy importante también, siendo recomendable usar invernaderos calefactados en invierno ya que con una temperatura excesivamente baja o alta, los esquejes no se desarrollarán bien o simplemente morirán.

A la hora de hacer esquejes me gusta echar un vistazo el calendario biodinámico para saber cuándo es el momento óptimo. Tengo que decir que se aprecia mucha diferencia usando estos días definidos en los que la influencia de los planetas es favorable con respecto a otros días cualquiera.
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Os invito a que hagáis la prueba y opinéis por vosotros mismos. Para quienes tengáis curiosidad en probar, procurad cortar los esquejes el último día de luna creciente ascendente a ser posible con pleamar y plantarlos al día siguiente con luna creciente descendente, a ser posible en bajamar; veréis qué forma de sacar raíces.
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